El próximo 18 de mayo de 2013 será declarado el II día mundial de la fascinación por las plantas.
Si tu también eres un fascinado del mundo vegetal, éste es tu sitio....
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miércoles, 4 de abril de 2012
TABLA RESUMEN DE ACTIVIDADES del I Plant Fascination Day
Aquí tenéis un cuadro resumen de las actividades que se van a realizar en diversos lugares y ámbitos con motivo del Primer Dia de la Fascinación por las Plantas, a celebrar el 18 de mayo de 2012.
De verdad que os animamos a participar, ya que os van a encantar todas y cada una de ellas, de eso no nos cabe ninguna duda, PARTICIPA !!!!
Las maravillas de la flora riojana
La Consejería de Medio Ambiente ha
editado la Guía de Plantas de La Rioja con la intención de divulgar
aspectos desconocidos de 201 especies que crecen en la región
F. CABALLO El Correo Digital
Resulta una pena no conocer la tremenda riqueza que hay
en La Rioja. A veces, puede parecer un tópico vanagloriarse de las
'excelencias' de la región, pero es que en algunos aspectos es así. Muy
poca gente conoce la tremenda diversidad de flora que hay en nuestra
comunidad autónoma. Un total de 2.200 especies diferentes viven dentro
de los límites regionales, que se aglutinan en unos escasos 5.000
kilómetros cuadrados. Para intentar paliar ese desconocimiento y hacer
que los paseos por el monte o las riberas de los ríos sean mucho más
interesantes, la Consejería de Medio Ambiente ha editado la Guía de
Plantas de La Rioja, que recoge información y fotografías de 201
especies vasculares, las más comunes de nuestra tierra. Todo ello está
aderezado con mapas sobre su situación e información adicional relativa a
las plantas y sus características más destacadas.
«Es un texto principalmente divulgativo. La intención es
acercar el mundo vegetal que tenemos a nuestro alrededor a gente no
necesariamente experta en esta materia. Queremos ser el germen para que
las personas se aficionen y conozcan esta temática», resalta Carlos
Zaldívar, coordinador de la guía. La recopilación de todos los datos e
imágenes y su posterior edición ha llevado a los autores del libro
alrededor de tres años.
Lo que hace a La Rioja tan peculiar es la influencia de
distintos climas. La tierra riojana está en el tercio interior de la
Península y confome nos elevamos hacia las montañas el tiempo se parece
cada vez más al centroeuropeo, principalmente en el suroeste, el
correspondiente al Sistema Ibérico. Además, esta región está
influenciada por el clima atlántico u oceánico (al norte-noroeste) y por
el mediterráneo (en el sureste) . Lo que explica las diferentes plantas
que nos podemos hallar según en qué zonas nos encontremos de la
comunidad. No veremos la misma flora en Haro que en Alfaro.
Especie única
En España, de las 8.500 especies vegetales que crecen en
sus lares, entre un diez y un doce por ciento son endémicas, propias de
un territorio. En La Rioja, hay tres tipos de plantas amenazadas de las
que su número es bastante bajo. La más especial es la androsela riojana,
que «sólo se puede localizar en una parte del mundo, un par de
localidades de la sierra de San Lorenzo y la Demanda. La explicación a
esto está en la época glacial en la que la androsela crecía en gran
proporción, pero con el calentamiento progresivo se fue reduciendo su
espacio y ahora sólo resiste en dos parajes con unas condiciones
excepcionales», comenta Carlos Zaldívar.
Otra especie protegida es el grosellero de roca, del que
sólo se han identificado ejemplares en cuatro lugares de nuestra
geografía. Por último, el laurel de Portugal, también está en
sobreaviso, ya que en «La Rioja sólo se han identificado tres
ejemplares, pero la misma abunda más en otras comunidades autónomas»,
señala Zaldívar.
Un caso diferente, que no está en la guía, es el tomillo
sanjuanero o Thymus loscosii. Este vegetal está inscrito en el libro
rojo de las plantas de España, es decir, es una especie muy amenazada en
territorio nacional, pero la paradoja está en que en tierras riojanas
es bastante frecuente y no está incluido en la lista del grupo de las
amenazadas.
Otro tipo de plantas peculiares que tenemos en nuestro
suelo son las carnívoras. «La atrapamoscas contiene en sus hilos rojos
un líquido pegajoso y dulce que atrae a los insectos para comérselos. En
cambio, en la grasilla son sus hojas las que despliegan una sustancia
pegajosa que atrapa a los insectos más intrépidos. Pero el hábito de
cazar sólo lo llevan a cabo en verano, ya que en invierno, por las bajas
temperaturas, no tiene esa capacidad y se alimenta de los nutrientes
que encuentra en el suelo», destaca Carlos Zaldívar.
Si buscamos flores ornamentales y que destaquen por su
singular belleza y por la viveza de sus colores, el coordinador de la
guía se decanta por las orquídeas, que están protegidas en la Unión
Europea y que, en zonas tropicales, suelen ser epífitas (viven encima de
otras plantas). Una de las que más despunta es el espejo de Venus que,
según Zaldívar, «imita el dorso de un escarabajo hembra, para que un
macho se pose sobre ella, roce los estambres y luego polinice otras
flores para que broten nuevos ejemplares».
Otra que sobresale por su singular hermosura es la flor
de Abeja Amarilla. Una planta herbácea de entre diez y veinte
centímetros que se distingue del resto de su familia por su pétalo
central grande amarillo y marrón en el medio, que simula a un insecto
gracias al dibujo que forma.
Un diablo en vegetal
En toda esta colección de vegetales, no podía faltar una
que pondría en peligro la salud de las personas; aunque, como todo, sólo
si se toma en grandes cantidades. Su nombre es estramonio, aunque
también es denominada como la 'berenjena del diablo', sin lugar a dudas
una definición mucho más rimbombante. Para evitar problemas, los
expertos recomiendan evitarla cuando hay pequeños, ya que chuparse los
dedos cuando se ha estado en contacto con ella puede suponer un peligro.
A pesar de estas especies que pueden ocasionar algún
daño, Zaldívar considera las plantas como una fuente inagotable de
recursos, sobre todo para la medicina. «Alrededor del 70% de la
farmacología mundial deriva de las plantas. Lógicamente, con el paso de
los años y los avances científicos unas especies están en más desuso que
otras», aclara.
Las plantas también se defienden
Científicos del CSIC han descubierto cómo reaccionan los vegetales
contra las amenazas externas «Su inmovilidad les lleva a desarrollar
complejos sistemas de alarma»
Pese a su aparente serenidad, las plantas también sufren de los nervios, se estresan, se defienden y hasta sienten los dientes de quienes las devoran. Corre en su savia la hormona del peligro, la llamada jasmonato; lo que la adrenalina es a los humanos. La misión de esta pequeña molécula, que se antoja fundamental para la supervivencia de los vegetales, es actuar de centinela, avisar de una amenaza exterior -un animal herbívoro, un hongo, el ataque de un insecto, una bacteria, un cambio brusco de temperatura- y oponer resistencia.
Tiene sentido conocer con detalle la batería de genes de defensa que pone en marcha el jasmonato, por ejemplo, para poder desarrollar soluciones agronómicas y medioambientales frente a las amenazas del cambio climático. La ciencia no había logrado descifrar toda la secuencia genética que interviene en la transmisión de la señal de alerta hasta ahora.
Un grupo de científicos del Centro Nacional de Biotecnología del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y de la Universidad Internacional de Elche, dirigidos por el biólogo Roberto Solano, han descubierto los genes que intervienen en la reacción de defensa química que se desencadena al detectar un peligro y que ayudan al vegetal a presentar batalla. El último número de la revista británica 'Nature', recién galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de la Comunicación junto con su rival estadounidense 'Science', recoge el hallazgo.
«Las plantas, al contrario que los animales, han elegido la inmovilidad a lo largo de su historia evolutiva, por lo que para sobrevivir se han visto obligadas a desarrollar complejos sistemas de alarma», explica Solano. El biólogo del CSIC considera que, «teniendo en cuenta lo importantes que son para la vida humana, es sorprendente lo poco que aún se sabe acerca de sus mecanismos de percepción de señales. Una vez localizados, «queda mucho por aprender sobre cómo actúan los genes y cómo se coordinan a nivel molecular, celular, tisular y del organismo en su conjunto», advierte.
Poder de cicatrizar
La ciencia no ha ido por mal camino en este asunto. «Parece que no se inmutan si las tocamos o le arrancamos una hoja, pero si un gusano se posa sobre ella e hinca su diminuta dentadura, la planta tratará de defenderse y además, alertará a sus vecinas sobre el peligro, han venido a decir hasta la fecha otros estudios científicos sobre este asunto realizados en la Universidad de Turín y en el Max Plance Institute de Alemania que aparecieron publicados en la revista 'Plants Pshisiology'. Buen ejemplo de que los vegetales perciben cuando se les toca lo ofrecen las carnívoras, que enseguida cicatrizan la zona donde se les ha desprendido o arrancado una hoja.
De combatir peligros como el exceso de sal, la sequedad y la falta de nutrientes en el suelo, también ha hablado el científico del CSIC Armando Albert, quien aventura incluso alguna posible aplicación del hallazgo genético de los mecanismos de defensa de las plantas: «Abre la puerta a la creación de césped que pueda regarse con agua salada, lo que abarataría el riego de los campos de golf y reduciría su impacto ecológico», sostiene.
Pese a su aparente serenidad, las plantas también sufren de los nervios, se estresan, se defienden y hasta sienten los dientes de quienes las devoran. Corre en su savia la hormona del peligro, la llamada jasmonato; lo que la adrenalina es a los humanos. La misión de esta pequeña molécula, que se antoja fundamental para la supervivencia de los vegetales, es actuar de centinela, avisar de una amenaza exterior -un animal herbívoro, un hongo, el ataque de un insecto, una bacteria, un cambio brusco de temperatura- y oponer resistencia.
Tiene sentido conocer con detalle la batería de genes de defensa que pone en marcha el jasmonato, por ejemplo, para poder desarrollar soluciones agronómicas y medioambientales frente a las amenazas del cambio climático. La ciencia no había logrado descifrar toda la secuencia genética que interviene en la transmisión de la señal de alerta hasta ahora.
MODELO
Los experimentos se han desarrollado en 'arabidopsis thaliana', una crucífera, pariente cercana del rábano, la col, la colza, la mostaza y el alhelí, universalmente utilizada como planta modelo en la investigación vegetal por tener su genoma secuenciado en su totalidad.
Un grupo de científicos del Centro Nacional de Biotecnología del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y de la Universidad Internacional de Elche, dirigidos por el biólogo Roberto Solano, han descubierto los genes que intervienen en la reacción de defensa química que se desencadena al detectar un peligro y que ayudan al vegetal a presentar batalla. El último número de la revista británica 'Nature', recién galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de la Comunicación junto con su rival estadounidense 'Science', recoge el hallazgo.
«Las plantas, al contrario que los animales, han elegido la inmovilidad a lo largo de su historia evolutiva, por lo que para sobrevivir se han visto obligadas a desarrollar complejos sistemas de alarma», explica Solano. El biólogo del CSIC considera que, «teniendo en cuenta lo importantes que son para la vida humana, es sorprendente lo poco que aún se sabe acerca de sus mecanismos de percepción de señales. Una vez localizados, «queda mucho por aprender sobre cómo actúan los genes y cómo se coordinan a nivel molecular, celular, tisular y del organismo en su conjunto», advierte.
Poder de cicatrizar
La ciencia no ha ido por mal camino en este asunto. «Parece que no se inmutan si las tocamos o le arrancamos una hoja, pero si un gusano se posa sobre ella e hinca su diminuta dentadura, la planta tratará de defenderse y además, alertará a sus vecinas sobre el peligro, han venido a decir hasta la fecha otros estudios científicos sobre este asunto realizados en la Universidad de Turín y en el Max Plance Institute de Alemania que aparecieron publicados en la revista 'Plants Pshisiology'. Buen ejemplo de que los vegetales perciben cuando se les toca lo ofrecen las carnívoras, que enseguida cicatrizan la zona donde se les ha desprendido o arrancado una hoja.
De combatir peligros como el exceso de sal, la sequedad y la falta de nutrientes en el suelo, también ha hablado el científico del CSIC Armando Albert, quien aventura incluso alguna posible aplicación del hallazgo genético de los mecanismos de defensa de las plantas: «Abre la puerta a la creación de césped que pueda regarse con agua salada, lo que abarataría el riego de los campos de golf y reduciría su impacto ecológico», sostiene.
EL CORREO
Invasión vegetal
El ataque de una planta invasora obliga a una pareja inglesa a demoler su vivienda, valorada en 350.000 euros
Ni marcianos, ni zombis, ni máquinas asesinas, ni
vampiros. El enemigo de la próxima invasión que amenaza los hogares
ingleses es una planta. No, no se trata de ningún lapsus con la ficción
de la película 'Jumanji'. Es la plaga de la Fallopia japónica ('Japanese
knotweed'), un usurpador que se ha cobrado una víctima más en
Inglaterra: una casa valorada en 305.000 libras (350.000 euros).
Matthew Jones y su prometida Sue Banks viven con sus
gemelos de ocho meses, Ethan y Ella, en Broxbourne, un barrio tranquilo
de Hertforshire a casi una hora de Londres. Hace dos años compraron la
vivienda de sus sueños, una casa de cuatro dormitorios perfecta para
criar a sus hijos. Lo que parecía el inicio de una vida familiar y
apacible ha tropezado con el ataque de una de las 100 especies más
invasoras del mundo. Su hogar es ahora «una casa infernal».
De forma casi imperceptible, la planta se fue apoderando
poco a poco de la valla del jardín y del césped, hasta llegar luego al
interior de la residencia por el suelo e incluso las paredes de
ladrillo. Ante la selva que se estaba adueñando de su casa, Jones
decidió llamar a un experto del Consejo de Broxbourne que, al instante,
confirmó la temida invasión.
El propietario del terreno, responsable legal de limpiar
la zona, está en paradero desconocido según la Policía. Antes de que la
Fallopia se extienda por todo el vecindario, los Jones han decidido
demoler su casa como drástica solución para liquidar de raíz esta plaga,
literalmente. «No hay ninguna garantía de que los pesticidas funcionen.
El proceso puede tardar tres o cinco años y costarnos 25.000 libras»,
justificó Jones.
La especie llegó a tierras inglesas durante la época
victoriana por motivos ornamentales. Hoy, el ansia decorativo de la
Reina Victoria cuesta más de 150 millones de libras. Si no se controla
su crecimiento, sus tentáculos subterráneos pueden llegar a derribar
muros, socavar cimientos y romper pavimentos y desagües. La pareja ha
demandado a los abogados que gestionaron la compra de la casa y piden
400.000 libras como compensación por los daños.
MARÍA ZÁRATE - El Correo digital
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